Por: Llorenç Villalonga
Le habían asegurado
que la Sagrada Imagen retornaría el movimiento al brazo paralizado y la señora
tenía mucha fe. ¡Lo que consigue la fe! La señora entró temblando en la
misteriosa cueva y fue tan intensa su emoción que enmudeció para siempre. Del brazo no curó porque era
incurable.
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