Por: Nuria Amat
Se han apoyado en
la baranda del faro. Han llegado hasta aquí sin miedo.
Atraídos por el
amor al vértigo. Guiados por una flecha insolente de la noche. Ella mira hacia
abajo. El mar la deslumbra. Olas hinchadas como venas patean su rabia contra la
muralla de rocas. Él le pide: Ámame.
Ella no responde.
Es joven y cierra los ojos como si estuviera viviendo muchas muertes. Ella teme
saltar. Él le reclama: Bésame. La luz del faro indaga por las cosas perdidas y
los encuentra a ellos. Amantes de las sombras son el blanco del silencio. Ella
quiere saltar porque en su garganta tiene un nudo de reproches. Como él no
pregunta, tampoco ella le responde. Su pasado es un mapa deshecho. Viene de un
país hundido. No resulta fácil decir lo que se piensa. Y ella piensa demasiado.
Ahora abre los ojos para ver el naufragio de su alma. Él la abraza como si
quisiera desnudar su rabia. Ella le pide: Mátame.
No hay comentarios:
Publicar un comentario