viernes, 2 de diciembre de 2011

Te busco en el agua

Por: Katalina Ramírez Aguilar 


Meto los pies a la alberca. Me detengo y dudo por un momento si debo dudar. Es mejor no pensarlo. Echo todo el cuerpo, que avisa con un fuerte plum su llegada.
Rápidamente, adelanto los brazos y estiro las piernas, que se mueven sin que se los ordene y se abren paso entre litros y litros de memorias acumuladas.
Me esperas al otro lado de la alberca y me recibes con un beso, al cual respondo sin pedir explicaciones ni promesas.
Mi cuerpo se estremece entre tus dedos, que lo recorren suavemente, que lo desnudan; por dentro y por fuera, para amarlo, para poseerlo unos instantes.
Me ofrendo a ti y me tomas sin remordimientos, me aprietas contra tu pecho y me estrujas hasta dejarme vacía. Te vas y me quedo flotando, con los ojos cerrados, sin saber si esperarte o rendirme.
Nunca regresaste. Te sigo buscando en el agua. 


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